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martes, 11 de agosto de 2009

177 Una escena de cine, la recuerdas, sí

Características



Propuesta




Hay en "Los Detectives Salvajes" (Roberto Bolaño) una primera parte que lleva por título "Mejicanos perdidos en Méjico. 1975" que en primera persona nos cuenta la iniciación literaria y vital del joven de 17 años Juan García Madero. El final es claramente de cine, cinematográfico quiero decir, o sea que lees y ves, a la vez, en tu mente cómo la cámara encuadra la secuencia. Hay un coche que se pone en marcha y que ante la amenaza de una fuerza superior, empuja al protagonista a entrar en él y perderse para siempre. Lees y ves. Lees y te sientes llevado por el Impala hacia una nueva vida. Comprueba.



Escuché voces, me llamaban, a mi lado pasó el coche de Quim, vi la silueta de Alberto que bajaba del Camaro y de un salto estaba junto al coche en donde iban mis amigos. Sus acompañantes, sin bajarse, le gritaban que rompiera una de las ventanas del Impala. ¿Por qué no acelera?, pensé. El padrote de Lupe empezó a patear las puertas. Vi a María que avanzaba por el jardín hacia mí. Vi las caras de los matones en el interior del Camaro. Uno de ellos fumaba un puro. Vi el rostro de Ulises y sus manos que se movían por el tablero de mandos del coche de Quim. Vi la cara de Belano que miraba impasible al padrote, como si la cosa no fuera con él. Vi a Lupe que se tapaba la cara en el asiento trasero. Pensé que el vidrio de la puerta no iba a resistir otra patada y de un salto me vi junto a Alberto. Luego vi que Alberto se tambaleaba. Olía a alcohol, seguramente ellos también habían estado celebrando el fin de año. Vi mi puño derecho (el único libre pues en la otra mano llevaba mis libros) que se proyectaba otra vez sobre el cuerpo del padrote y en esta ocasión lo vi caer. Sentí que me llamaban de la casa y no me volví. Pateé el cuerpo que estaba a mis pies y vi el Impala que por fin se movía. Vi salir a los dos matones del Camaro y los vi dirigirse hacia mí. Vi que Lupe me miraba desde el interior del coche y que abría la puerta. Supe que siempre había querido marcharme. Entré y antes de que pudiera cerrar Ulises aceleró de golpe. Oí un disparo o algo que parecía un disparo. Nos han disparado, hijos de la chingada, dijo Lupe. Me volví y a través de la ventana trasera vi una sombra en medio de la calle. En esa sombra, enmarcada por la ventana estrictamente rectangular del Impala, se concentraba toda la tristeza del mundo. Son fuegos artificiales, oí que decía Belano mientras nuestro coche daba un salto y dejaba atrás la casa de las hermanas Font, el Camaro de los matones, la calle Colima y en menos de dos segundos ya estábamos en la avenida Oaxaca y nos perdíamos en dirección al norte del DF.
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Mi propuesta es que evoques alguna de esas escenas de cine que mejor recuerdas, que más te vienen a la mente, que te resultan inolvidables. Ya se sabe que cine y literatura están muy unidos. No es que la literatura necesite al cine pero sí, está comprobado, que el cine busca, de forma desesperada, buenas novelas para adaptarlas. Ya sabes del estreno del último gran éxito literario, sí, "Los hombres que no amaban a las mujeres". Tiene problemas el cine para ser independiente. La literatura es su novia inseparable.¿Qué te parece Casablanca, El Padrino, Lo que el viento se llevó, ...?

Respuestas

3 comentarios:

Anto dijo...

Nunca fui muy fan de batman, la verdad no leo historietas y las películas de batman me parecían cuando mucho, mediocres.
Pero todo cambió con la llegada de Nolan y su Caballero de La Noches, la nueva trilogía es en mi opinión la mejor saga de súper héroes que ha sido llevada al cine, así que dejo una de mis secuencias y escenas favoritas del cine, de El Caballero de La Noche.
Cuando luego de salvar a la familia de Gordon y matar a Harvey Dent, Batman decide que Harvey no puede quedar retratado como un asesino, y decide tomar la responsabilidad de los crímenes que Harvey cometió, acuerda con Gordon que lo culpe, que lo persigan y jamás volver.
Así que Batman huye frente a la mirada de Gordon y su hijo, que no entiende porque Batman se va, a lo que Gordon contesta que lo perseguirán hasta el fin de los tiempos.
"Porque él no es un héroe, es un guardián silencioso, un vigilante protector. Un caballero de La Noche".

Granito de Arena dijo...

No puedo decir que el cine me evoque grandes sentimientos como lo logran los libros, pero hay excepciones, una de esas loables excepciones nació en una de las escenas al final de la versión en cine de "El Perfume".

Se trata de la escena cuando Grenouille está siendo conducido al patíbulo donde se supone será ejecutado. Uno mira como, desde su celda prepara uno de los frascos con su perfume perfecto, ese que nace de la esencia de varias mujeres, extraída con su técnica única y no se imagina lo que pasará, aunque en el fondo si lo sabe, bueno, solo se entiende leyendo el libro pero también en la película, por eso digo que en ese caso, han sabido recrearlo. Lo leo y lo veo.


Cuando su pañuelo es invadido por el perfume ya nos imaginamos que usará los poderes del mismo, pero la escena posterior, cuando todos, hasta el representante de la iglesia, quedan conmovidos por tan perfecto y seductor olor, armando una orgía colectiva y quedando ipso facto indultado y liberado por la fuerza mágica que el perfume le da sobre el resto de los humanos, es un momento sublime y único. Es tan inmenso, gráfico y artístico el momento que no hay involucrada ni una larga narración que explique cada detalle de lo que ocurre, ni una selecta y corta frase que trate de ocupar el pensamiento del lector o la audiencia de la película, sencillamente ocurre y queda grabado para siempre, en ese momento, sabemos sin necesidad de explicaciones que Grenouille alcanzó el dominio por completo de los seres vivos al dar con el perfume perfecto.


Redacciones JaimesWorking dijo...

Curiosamente las película suelen tener su momento de fama, son ampliamente anheladas y luego de ser vistas suelen perder importancia, pero creo que el mensaje motivador que te deja “En busca de la Felicidad”, hace que necesites verla una y otra vez como medio de aprendizaje o quizás como un apoyo ante las etapas del fracaso.
La verdad es que ese pequeño niño, representa un vínculo interesante en la vida de este hombre, yo diría que una motivación que no tiene fin alguno, la fuerza con la que este hombre se levanto ante cada tropiezo es ampliamente admirable, me reflejo en varias de sus escenas una y mil veces, el tiempo no hace que quiera dejar de verla y seguir creciendo con su mensaje.
Mientras yo disfruto de mi vida y de mi amplias posibilidades económicas, la vida me permitió observar como aquel padre desesperado, estaba luchando por tomar la decisión más dura de su vida, cuando los factores económicos no le favorecen, estoy segura que a través de sus expresiones recorrían miles de sentimientos sobre todo la ira, pero no tenía más remedio que decidir lo más factible en el momento.
Entonces ante sus ojos se presento la más vaga posibilidad, a través del espacio de un baño, el cual durante esa noche seria su hogar, lágrimas y lágrimas salían de sus ojos, además de miles de quejas de los usuarios quienes no podían disfrutar del servicio, y retumbaban en sus oídos los golpes a la puerta, pero su valor se mantuvo en el transcurso de la noche, para brindarle un poco de seguridad a su pequeño, un acto que todos allí criticaron sin embargo, nadie en aquel momento estuvo en la capacidad de ponerse en su lugar.