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martes, 11 de agosto de 2009

184 Con los cinco sentidos de Virginia Woolf

Características



Propuesta


En el comienzo de "Las Olas" Virginia Woolf nos presenta a sus personajes ante un paiseje de los que llamamos idílicos:

La luz incidió en los árboles del jardín, y dio transparencia a una hoja. Y luego a otra. Un pájaro gorjeó alto. Hubo una pausa. Otro pájaro gorjeó más bajo. El sol dio relieve a los muros de la casa, y se posó como la punta de un abanico cerrado en una blanca persiana, dejando una azul huella digital de sombró bajo la hoja junto a la ventana del dormitorio. La persiana se movió lentamente,
pero dentro todo era penumbra sin sustancia. Fuera, cantaban los pájaros su melodía vacía.
«Veo un aro que pende sobre mí», dijo Bernard. «El aro vibra y pende de un lazo de luz.»
«Veo una tajada de pálido amarillo», dijo Susan, «que crece y se aleja al encuentro de la raya de púrpura.»
«Oigo el sonido», dijo Rhoda, «de canto barato en gorjeo, canto barato, que se eleva y baja.»
«Veo un globo», dijo Neville, «que cuelga en el aire, en vertical caída, contra las inmensas laderas de una colina que no sé.»
«Veo una borla carmesí», dijo Jinny, «entreverada de hebras de oro.»
«Oigo un patear», dijo Louis. «Hay un gran animal con una pata encadenada. Patea, patea, patea.»
«Mira la telaraña, en el ángulo del balcón », dijo Bernard. «Tiene cuentas de agua, gotas blancas de luz.»
«Las hojas se amontonan alrededor de la ventana, como orejas puntiagudas», dijo Susan.
«Una sombra se proyecta en el sendero», dijo Louis, «como un codo en flexión.»
«Islas de luz flotan sobre el césped', dijo Rhoda.
«Caen a través de los árboles.» «Los ojos de los pájaros destellan en los túneles formados por las hojas», dijo Neville. «Vello corto y duro cubre los tallos», dijo Jinny, «y en ellos se han pegado gotas de agua.»
«Una oruga está enroscada formando un aro verde», dijo Susan, «y sus pies parecen unas muescas redondeadas.»
«El caracol de cáscara gris cruzaarrastrándose el sendero, y deja las briznas aplastadas detrás», dijo Rhoda.
«Y ardientes destellos nacidos en los cristales de las ventanas rebrillan y se apagan en el césped», dijo Louis.
«Las piedras son frías, bajo mis pies», dijo Neville. «Las siento una a una, redondas o puntiagudas.»
«Me arde el dorso de las manos», dijo Jinny, «pero el rocío me ha puesto las palmas pegajosas y húmedas.»
«Ahora el gallo canta como un chorro de agua dura y roja en la blanca marea», dijo Bernard.
«Los pájaros cantan alto y bajo, callan y cantan, a nuestro alrededor», dijo Susan.
«El animal patea; patea el elefante con la pata encadenada; el gran bruto en la playa patea», dijo Louis.
«Mira la casa», dijo Jinny, «con las persianas blancas en todas las ventanas.»
«Agua fría comienza a manar del grifo del fregadero», dijo Rhoda, «sobre el cuenco con pescadilla.»
«Rajas de oro rajan los muros», dijo Bernard, «y hay sombras de hojas, azules y en forma de dedos, bajo las ventanas.»
Toda esta explosión de percepciones ha sido provocada por este amanecer y por la actitud receptiva y expresiva a la vez de los personajes que en ese jardín se encuetran.

Como las percepciones nos llegan a través de los sentidos va a ser fácil que adoptemos esa postura receptiva ante el paisaje de la imagen y que nos desdoblemos en diferentes personajes que lo van percibiendo y expresando sus impresiones. Con los cinco sentidos mejor que con uno solo. Ponemos a prueba nuestros receptores sensoriales: vista oído, gusto, tacto, olfato.

Si optas por un artículo en tu blog escoge el paisaje a tu gusto. Y si esta imagen no te inspira puedes hacer una descripción de otro lugar y evocarlo con los cinco sentidos, igualmente. Te aporto el ejemplo de Virginia Woolf. Lo demás, eres tú.

http://www.resistenciaclick.com.ar/Imagenes/casa%20jardin.jpg

 

Respuestas

3 comentarios:

Unknown dijo...

El sol se mostró generoso, aclarando y haciendo visible todo el lugar, es algo impresionante, algo que respira paz, nos disponemos a caminar por una montaña, verde de color intenso, que salta a la vista por sus contrastes del verde puro que se ve y las otras plantas que están sobre él, planta amarillas como monedas de oro que brillan, matas rojas, que recuerdan la navidad, un rojo como la sangre cuando brota y así cada uno en su sitio como esperando para agradar. Nuestro paso se hará atravesando varios ríos hasta llegar al pozo más grande situado a unos cuantos minutos del lugar, nos detenemos en un punto para descansar, y allí se recrea la vista de cada uno de los que estamos allí. Daniel dice “mira el agua como corre, como si alguien la persiguiera, cristalina y trasparente que me recuerdan a una noche con estrellas, se ve fría como témpano de hielo que congela, se ve dulce deliciosa”.

Dice Martha que nos acompaña, oigo el agua caer a lo lejos, como estrepitándose con las rocas, su sonido es memorable, y tiene diferentes tonos, uno más acompasado que otros y otros más quedo, todos se oyen en conjunto, todos suenan sin temor” y Carmen comenta luego “el aroma de la tierra mojada, es característica un olor que me fascina, y que me remonta a las nubes, un olor a tierra mojada, que me huele como a mezcla de chocolate con canela, ¡no se! así lo huelo” romina dice “yo siento al tocar esta rosa, un terciopelo en mis manos, que me acarician suavemente, mientras paso mis dedos sutilmente, con cuidado en su tallo sus espinas sí que pinchan, pero su capullo cuando lo acaricio es una tela suave y cómoda” y Ángel toma un poco de agua del rio y dice ”como limonada fresca me ha caído tomar agua, que fría, y que dulce, su sabor me impresiona, es tan virgen y natural que mis sentidos lo aprecian”

https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcSVE1jVJLBAyHBd9Hg2Y9YKa0e3ygiVLmL47jaF0OwgzepNr1CPRA

Granito de Arena dijo...

La tarde noche nos mostró un rostro atemorizante, con nubes grises cargadas que parecían enfadadas con nosotros, algún relampago se asomaba ocasionalmente y en cuanto menos lo pensamos empezó una lluvia, pero no era cualquier lluvia. A veces llueve a cántaros y en ocasiones apenas se trata de una llovizna, esta era una lluvia condenadamente contínua y con un caudal promedio, por llamarlo de algún modo, que parecía destinado a inundar nuevamente la tierra como en el diluvio bíblico pues duró toda la noche mientras, desde la ventana, todos mirábamos y uno a uno nos fuimos quedando dormidos, casi en la contemplación misma.

El pequeño Moisés, quien no maneja gran vocabulario por apenas contar con 5 años mira las nubes grises y de inmediato nos dice a todos: - El cielo está enojado - Todos reíamos de su ocurrencia cuando al caer la lluvia, tocó la ventana que rápidamente se humedeció y dijo: - Se siente como mi toalla al bañarme. La abuela Miriam no observó mucho rato, apenas miró un relampago pegó un salto como se lo permitía su edad y condición física, el trueno terminó de espantarla, salió a paso rápido apoyada en su bastón mientras decía: - Esta lluvia es cosa del diablo, juraría que escuché una voz ronca detrás de ese trueno, Dios nos proteja.


Yo trataba de no pensar en ello, pero recordé que Luis miró pensativo a las nubes grises y antes de empezar a llover dijo que en el aire, de alguna manera sentía un extraño sabor salado que llegaba hasta su paladar pasando por su olfato. Yo no lo entendí, la verdad sentí el mismo olor a lluvia de siempre pero, en cuanto empezó a llover más fuerte, sentí ese extraño sabor salado y decidí acostarme también, era el último parado en la ventana, mirando aquella sinfonía natural que, como un Nocturno, nos acompañó al sueño a todos.


Redacciones JaimesWorking dijo...

La unión especial de la naturaleza

El ambiente cálido apareció tal como es la forma natural en la que se desenvuelve la naturaleza, y sus tan únicos e inigualables momentos, acompañándolo la variedad de colores entre un tono gris claro y oscuro, que permite definir la altura de las montañas, así mismo, en el intermedio de estas, aparece y desaparecen las siempre blancas nubes de neblina, que son productoras constantes de climas en bajas temperaturas, que solo en algunas partes del mundo es posible disfrutar.
De forma más pronunciada, se observa la reluciente sabana en la cual pasean se pasean las ovejas con su calurosa lana, que les permite merodearse por este ambiente sin problemas, al mismo tiempo una gaviota aprovecha el momento para propiciar su mejor vuelo, en el cual puede aprovechar el aire más frescos y cálido, que tanto aman disfrutar en su vuelo, finalmente este joven, se merodea junto a las ovejas, para acompañarlas en la transición de este momento tan especial.

Fuente: http://cdnb.20m.es/cronicaverde/files/2011/09/img_818_gr.jpg