Visita nuestra red de blogs educativos

viernes, 14 de agosto de 2009

201La vida que nos golpea tan intensamente

Características

Se trata de escribir desde una perspectiva de cambio permanente. Las  vidas de la gente que nos rodea están expuestas a muchos cambios y exagerando un poco puede ocurrir en casos extremos lo que vemos en la cómica historia con la que ilustramos la propuesta.  Esa acumulación de cambios tan bruscos es la que da atractivo al texto.  Se trata por tanto de escribir imprimiendo un cierto ritmo a la acción.

Propuesta


Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado. Dicen. Si te tocó la estrella, bueno, pero si has nacido estrellado vas a divertirte un montón en este mundo. La vida te llevará de aquí para allá y tú cada cierto tiempo pensarás que has errado el camino. Querrás cambiar de vida, probar otras cosas, pensar en otras metas, ...Ese era, ese fue, el caso de Arturito

Arturito nació en un familia típica. El padre le pegaba a la madre y la madre le pegaba a él. Creció siendo un adolescente muy tímido. Nunca miraba a la gente a los ojos. Sólo le gustaban las películas de terror y los cementerios. La vida le parecía un asco. En el Instituto decidió hacerse SINIESTRO. Le robó a su madre 3 pares de pendientes y 4 crucifijos y empezó a vestirse siempre de negro. Todo fue bien durante un tiempo. Hasta que empezó a tener mucha caspa y sus amigos le repudiaron. Entonces se hizo PUNKI. Se puso unas mallas ajustadas del gimnasio de su hermana y empezó a pedir monedas en la puerta de un centro comercial. Pero al poco tiempo olía tan mal que hasta el perro se le fue y como la gente se cambiaba de acera ni Dios le echaba un céntimo. Tuvo que volver a casa. Estuvo 3 años deprimido, hasta que un día, viendo un concurso en la tele se le ocurrió hacerse HEAVY. Se pintó él mismo una camiseta con el logo de Iron Maiden, se dejó el pelo largo e intentó montar un grupo. Pero como no tocaba ningún instrumento nadie le hizo ni puto caso. Lo único que hacía todos los días era beber cerveza y dormir hasta la hora de los Simpsons. Entonces conoció a una chica que estaba realmente muy buena, pero era BAKALA. Así que se rapó y empezó a usar zapatillas de marca (robadas, claro). Cuando ya se estaba acostumbrando a las peleas multitudinarias y a las botellas volando por encima de su cabeza va y se toma 27 pastillas diferentes en una sola noche y le da una sobredosis. Cuando despertó en el Hospital (1 año después) descubrió que le gustaba la música de Enrique Iglesias, así que se hizo PIJO. Se cortó el pelo, se ató el jersey al cuello y todo lo que veía le parecía “superfuerte”. Pensó que por fin había encontrado su estilo, pero como no podía pagar el precio de las copas en las discotecas guays se quedó solo y tuvo que volver al barrio. Pero había pasado tanto tiempo que algunas cosas habían cambiado. Ahora todos sus vecinos eran LATINOS. Entonces se puso un pantalón de su padre (5 tallas más grande) una gorra al revés y se metió en una discoteca “tropical”. Pero como no era un latino auténtico cuando intentó "enamorar" a una mulatita le cayó encima el continente entero.

Cuando despertó ya no recordaba nada.
Ahora es TESTIGO DE JEHOVÁ. Aunque me han contado que el primer sábado de cada mes se pone un corpiño rojo y se hace llamar “La Chunga”.


¿Qué tal si nos presentas a tu "alguien" y nos relatas los golpes de suerte que le ha deparado la vida? Con total subjetividad, que tu transformista sea un ejemplo vivo de nuestra sociedad actual. Gracias por colaborar. Necesitamos conocernos. Es la vida.

Respuestas

3 comentarios:

Irene, dijo...

Este sarcasmo es el que a mí me enamora.
He pasado un gran rato.

Unknown dijo...

Leo era un chico como cualquier otro, estudiaba, jugaba futbol con sus amigos, se reunían para ir al cine, charlar un rato, en fin todas las actividades propias de un chico adolescente y sucedió un día conoció a una chica que bueno lo hizo ver como las montañas se movían, como el sol bajaba y subía, como las nubes corrían, bueno lo que resulta es que mi amigo Leo se había enamorado perdidamente, y su intención era pues ¿Cómo decírselo a la chica? Y así decidió un día inventarse una y arriesgarse a decírselo, así que espero el momento en la cafetería de la escuela y decidió entablar una conversación con ella, en donde la invitó luego a salir. Eso sí como amigos a compartir un rato y comerse unos helados. Ella acepto ir con un grupo de la escuela y así fue, él la espero y se reunieron entonces todo el grupo para disponerse a pasar toda una tarde divertida, en una oportunidad que tuvo de hablar a solas con ella, le confeso su AMOR y ella respondió no muy entusiasmada que sus sentimientos hacia él era de amigos y más nada; pues resulta que mi amigo Leo, después de esto le dio por comer y comer y comer, dejó de jugar futbol, y empezó a engordar y engordar y a engordar; al cabo de un tiempo era un chico obeso casi malhumorado y bueno, después de la escuela cada quien agarro para su lado. Hace ya un tiempo volví a ver a Leo y casi no lo reconocí, el si se acordó de mí y me saludo y yo me sorprendí al ver a Leo transformado en todo un atleta nuevamente en forma, con sus dos hijos y su esposa. Que cambio el de mi amigo Leo.

Granito de Arena dijo...

Martín Cantón tenía apenas 8 años cuando notó lo musical que era su nombre. Un día escuchando un chico que cantaba rap mientras otro hacía sonidos extraños con la boca notó como rimaba un montón de palabras por minuto y se dijo: - Si yo no puedo rimar con un nombre tan musical, no lo merezco. Así que se metió a rapero, se vistió todo en onda, con uans cadenas que casi lo tumbaban y empezó a rimar. ¡Caramba! Era tan fácil, había miles de palabras para usar su nombre y su apellido, juntos o separados pero a los 2 meses ya estaba desgastando las palabras, apeló al diccionario pero igual le costaba y estaba usando palabras muy sofisticadas como "degradación", a los chicos le pareció un aburrido y él, sin palabras, dejó de rapear.

Mientras caminaba de regreso a casa pasó por la plaza y vio a un chico que retaba a otro a tocar algo de Paganini, en el acto el otro se lanzó una música tan, pero tan difícil, que se detuvo a escucharlo asombrado. Lo pensó y Paganini, sin duda, era un nombre musical como el suyo, así que no tenía que cantar, su nombre era artístico y servía para lo que fuera, al otro día empezó a clases de violín. Notó de inmediato que todos eran flacos y esgarbados así que dejó de comer y poco a poco se puso flaco, como un normal violinista flaco. Al comienzo no se le dio bien porque recordaba aún su temporada de rapero y esta música se le hacía aburrida. Al final del 2do mes, ya no le aburría la música, pero tampoco le iba bien. Lo que salía de su violín no sonaba ni a Paganini, ni a Martín Cantón, sonaba más bien como unir cientos de chillidos de ratas seguidos, de manera ininterrumpida, no luchó mucho, dejó las clases de violín.

Pasó 1 mes sin Martín recordar lo musical de su nombre cuando, en una película china notó que alguien gritaba, suenen el Gong y un chino gordote tomó un mazo con una cabeza amarrada y gruesa y le pegó un porrazo a un plato dorado gigante y el sonido le encantó, además, el instrumento y su sonido rimaban con su apellido. Tenía que funcionar, Martín se encerró 3 días completos a comer como loco y se puso gordote como aquel chino, al siguiente día salió corriendo a dar vueltas por la ciudad para aprender el instrumento, pasó por todas las calles, preguntó, se hizo de noche y volvió a casa, en toda la ciudad no conseguió ni instrumento ni mucho menos maestro del fulano instrumento chino, así que se acostó a dormir, y ahora lo miramos, un gordote durmiéndose rapeando para contar ovejas rimando con su nombre musical, Martín Cantón.